por Reinaldo N. Togores | English Version |
Para la industria cubana del mueble a fines de los sesenta los conceptos del mueble diseñado para ser ensamblado por el usuario y empaquetado en cajas planas para la optimización del almacenaje y el transporte eran del todo desconocidos. Los que dirigÃan la industria fueron los empleados subalternos de las antiguas fábricas productoras de muebles "de estilo" orientados a la burguesÃa que nunca entendieron la sobriedad y economÃa de medios que exige la moderna industria para su reproducción masiva. Consciente de ello, Enrique Escalona, fundador en 1967 del Ministerio de la Industria Ligera procuró reunir en su Departamento de Estudio de Productos y la Dirección de Desarrollo grupo de Arquitectos y Diseñadores que compartÃamos una visión innovadora de la industria.
IKEA en Kungens Kuva, 1965.
En el Departamento de Estudio de Productos se habÃa creado un grupo bajo la dirección de Iván EspÃn, tocándome a mi una gestión paralela dentro de la Dirección de Desarrollo. Una gran ayuda para nosotros fue la presencia, dentro del equipo de Iván, de la Arquitecto Eva Björklund que aportaba la experiencia del diseño sueco, en especial de la innovadora IKEA, que recién en 1965 habÃa abierto su inmensa tienda circular de Kungens Kurva en Estocolmo, supuestamente inspirada en el Museo Guggenheim de New York, sitio que tuve la oportunidad de visitar con Eva en 1969.
Una tecnologÃa especialmente apropiada para el auto-ensamblaje por parte del comprador y el envase en cajas planas -a la entonces novedosa manera de IKEA- era la de las láminas de contrachapado ensambladas mediante juntas de encastrado que hacÃan posible la construcción del mueble sin el uso de pegamentos, tornillos u otros accesorios. Era un material que se recibÃa en grandes cantidades como parte de la subvención soviética a Cuba, aparte de que existÃa una pequeña capacidad industrial instalada en el paÃs desde antes de la Revolución. La inseguridad en otros suministros hacÃa que la posibilidad de ensamblarlos sin necesidad de otros componentes resultara un aspecto decisivo a favor de esta técnica.
Esquema de corte para los componentes de la serie.
De 1968 es el diseño del conjunto que Eva cariñosamente llamaba "Det Lilla Monstret" es decir El Pequeño Monstruo. Estaba pensado de manera que de una plancha de 1200 por 1800 milÃmetros podÃa obtenerse una silla y una mesa de centro, con un desperdicio mÃnimo de material.
También dentro de la organización de Estudio de Productos se realizó por la Diseñadora MarÃa Teresa Muñiz Riva, para el programa de muebles destinados a guarderÃas, el diseño de un sistema de paneles en plywood que conformaba un verdadero "Puzzle" con el que era posible ensamblar una variedad de sillas, escritorios, mecedoras y cunas para muñecas. Para ello también se aprovechaba el sistema de juntas por encastre.
Una innovación en la geometrÃa de los encastres, que a partir de una abertura circular permitirÃa una cierta movilidad en el ángulo de inclinación de asiento y respaldo, resultó del aporte de Heriberto Duverger con una silla que por la forma en que se relacionaban los paneles recibió el nombre Tántrico de "Yabyum".
Otra propuesta dentro de la lÃnea del aprovechamiento del material, la facilidad de ensamblaje y el empaquetado plano fue mi diseño para una banqueta cuyas piezas se obtenÃan mediante el corte de un rectángulo de contrachapado sin apenas desperdicio de material.
De entre todos estos diseños, sólo los muebles infantiles de la serie "Puzzle" llegaron a producirse industrialmente, al ser incluidos en el mobiliario de la Escuela-GuarderÃa Experimental para la fábrica de calzado plástico en La Habana. En ese caso la posibilidad de que los niños actuaran sobre esas piezas de mobiliario construidas a su propia escala ejercitando sus habilidades manuales fue considerado un aporte positivo a su formación.
Pero el empaquetado compacto y la facilidad del ensamblaje presuponÃan un sistema en que la persona decidirÃa qué piezas desearÃa emplear para configurar un ambiente doméstico a su gusto. Lo que no figuraba en los propósitos de una industria orientada a repetir equipamientos idénticos para rellenar esos espacios prefabricados en serie de los edificios Gran Panel, sin concesión alguna al individualismo.