Fotos: Archivo R. Togores | English Version. |
La Escuela Vocacional Máximo Gómez de Camagüey, diseñada por el arquitecto Reinaldo Togores culmina este proceso progresivo de maduración arquitectónica. Basada en la suma y verificación de las experiencias anteriores en la aplicación de estructuras funcionales ya definidas, el diseñador pudo concentrarse en la elaboración de los detalles, en las terminaciones constructivas, en las articulaciones de los nudos, en el sutil tratamiento cromático. El tamaño menor de la escuela -2 mil 500 alumnos- impuso la concentración de los componentes funcionales de uso social, alrededor de una plaza articulada y escalonada, cuya configuración compleja permite al mismo tiempo las reuniones masivas y el aislamiento individual. Veamos la experiencia personal de Aracely Varona González (décimo grado):
"Cuando deseo descansar y pensar me siento en el parque que limita la plaza de las concentraciones. En ese lugar me hallo protegida. Es probable que el parque haya sido hecho con esa idea, lo que me gusta es la forma del parque que permite al mismo tiempo que se reúna la masa de estudiantes y que también puedan estar solos. El parque es muy acogedor."
Roberto Segre "La Escuela en Forma",
Revista Cuba Internacional. La Habana, agosto 1976. Año VIII No. 84
Testimonios.
Aracely De Varona, alumna:Soy ex-estudiante de la Vocacional de Camagüey, de la primera graduación -1978- y participé en la construcción de la misma. Aún recuerdo cuando usted y el Arq. Carlos Quintanilla, iban a los controles. El me mostraba los planos y yo encantada, luego estudie la carrera y participé en la remodelación del Sanatorio de Topes y en el desarrollo del Polo Turístico de Trinidad. Elvira Siso, primera directora de la Escuela:Fuente: Periódico Adelante, 30 Agosto 2016. En ese momento, la escuela atendía el policlínico -aunque metodológicamente dependía de Salud Pública-, la base de transporte, los almacenes que no daban abasto y hubo que coger aulas para guardar todas aquellas cosas: materiales para la peluquería, tijeras, cepillos, peines, tintes y loción para la caspa. Elvira estuvo al frente de la vocacional durante cuatro cursos y no olvida el contenido del discurso inaugural en el que se llamó a estudiar, a cuidar el plantel y de cómo debían de ser los alumnos, muchos de ellos convertidos en excelentes profesionales, incluso, como explicó, los que han emigrado se reúnen periódicamente en lo que llaman: El vocacional ausente. Cuando era el pase yo les decía a veces, al verlos con el desgano que iban a coger las guaguas: ¡caballeros apúrense! Y me respondían: la verdad es que nos vamos, porque tenemos que irnos. Se sentían bien. Normando Suárez Fonte, Profesor de Educación Física:Fuente: Periódico Adelante, 26 Agosto 2016. Es mi único centro laboral desde que me gradué. Empecé las prácticas docentes en 1984, y me quedé. Ya no sé cuántos alumnos pasaron por mis manos. Recientemente pasé un diplomado de rehabilitación física en ʻAmalia Simoniʼ y tuve de profesor a uno de mis estudiantes, el Dr. Julio César Rodríguez. Son muchos los nombres, pero recuerdo entre mis primeros muchachos al periodista de la Televisión Camagüey, Orestes G. Casanova. Habla con lógica tristeza de la ausencia de implementos deportivos, de la pérdida de la piscina, de la pista de atletismo, del tabloncillo para el baloncesto y del mal estado de todas las demás áreas deportivas. Estado actual de las instalaciones deportivas (2016). Fuente: Raúl Alejandro del Pino, Facebook.En la pista desarrollábamos las competencias intramurales, que eran entre los grupos de la escuela, de donde salía la selección para competir en los Juegos Nacionales Inter-IPVCE. Varias veces los ganamos. En la “Vocacional” se practicaba de todo, baloncesto, fútbol, béisbol, voleibol, ajedrez, atletismo… Había una tabla aeróbica. Eso motivaba tanto como los concursos de matemática, física o biología. |