Por Roberto Segre.
Revista Cuba Internacional. La Habana, agosto 1976. Año VIII No. 84
Revista Cuba Internacional. La Habana, agosto 1976. Año VIII No. 84
R. Segre, La Escuela en Forma.
En menos de cinco años fueron construidos en toda Cuba 475 edificios docentes que albergan 210 mil alumnos becados de enseñanza media. ¿Cómo se hizo posible esta dinámica constructiva que comprende desde las Secundarlas Básicas en el Campo, de 500 alumnos hasta las Escuelas de Formación de Maestros Primarios y las Escuelas Vacacionales de 4 mil 500 alumnos?
El Grupo Nacional de Construcciones Escolares del DESA (Desarrollo de Edificaciones Sociales y Agropecuarias), bajo la dirección de la arquitecta Josefina Rebellón asumió la responsabilidad del diseño y construcción de los nuevos conjuntos que surgen en las áreas rurales y urbanas del país. Estos permiten poner en práctica los nuevos postulados educacionales: la vinculación del estudio con el trabajo agrícola e industrial que determina la localización de escuelas en áreas rurales en proximidad a los centrales azucareros o en zonas de desarrollo agropecuaria, y la concentración de alumnos en núcleos complejos, tales como las Vocacionales y de Formación de Maestros situadas periféricamente en las capitales provinciales
¿Cuál ha sido el proceso de elaboración de las soluciones aportadas por los arquitectos que logró en breve tiempo hacer de los conjuntos escolares, una de las expresiones mas vitales y creadores de la arquitectura de la Revolución cubana?
En primer lugar, arquitectos e ingenieros del Grupo Nacional de Construcciones Escolares y del DESA. elaboran el sistema cubano de prefabricación Girón, formado por paneles. carpinterías, columnas, vigas y losas de entrepiso que se aplica uniformemente en todas las construcciones escolares, en base a las siguientes premisas:
Al diseñar las grandes escuelas de 2 mil y 4 mil 500 alumnos los arquitectos lograron una diversidad de soluciones y esquemas organizativos que hacen de cada conjunto una unidad reconocible y diferenciable de las restantes. La particularidad formal que caracteriza los múltiples ejemplos construidos se logra con la aplicación de los siguientes principios:
Un equipo de proyectistas, bajo la dirección de la arquitecta Fanny Navarrete, con la participación de los arquitectos Ledia Martínez y Rafael Barbosa, llevo a cabo las escuelas de menor escala -mil alumnos- en Cienfuegos y Matanzas, para luego afrontar la complejidad presentada por el conjunto de la Salvador Allende, en Altahabana. Esta presenta una estructura atípica, al definir los dormitorios la espina directriz de la escuela, separada de los bloques docentes, paralelos y articulados entre sí en una trama cerrada que se relaciona con el cercano barrio de viviendas.
Fanny Navarrete nos explica las motivaciones del esquema de proyecta:
En la escuela de Camagüey, las dos partes de la espina -área docente y dormitorios- se articulan en un nudo, centro de las actividades sociales: la cocina-comedor, biblioteca y anfiteatro, De este modo, el paso de una función a otra se realiza a través del centro, cuya amplia galería -elemento típico de transición- delimita un espacio que nuclea la vida social -de intercambio y comunicación- de los alumnos de la escuela. Allí, el incremento del tamaño de la escuela primaria anexa permitió superar el carácter de apéndice que poseía en los ejemplos anteriores, para integrarse dentro del sistema volumétrico del conjunto. Esta vinculación asume un carácter más urbanístico que arquitectónico: una galería-puente, ubicada sobre la vía que cruza frente a la escuela, constituye el nexo entre ambos elementos.
El arquitecto Andrés Garrudo, proyectista general de las escuelas V. I. Lenin de La Habana, Comandante Ernesto Che Guevara de Santa Clara y Carlos Marx de Matanzas, quien ha trabajado en equipo con los arquitectos de los Grupos Provinciales, arquitectos Alberto Díaz Serpa, Eduardo Suero, José Cañete, Pedro Baldrich, Gilda Lopez, nos transmite sus experiencias como diseñador:
Estas imágenes arquitectónicas. en algunos casos inéditas para los alumnos, inciden directamente en su toma de conciencia del contraste existente entre las viejas estructuras urbanas y arquitectónicas y las nuevas en las cuales desarrollan su vida docente y productiva. Es en definitiva. la proyección física del cambio radical acaecido entre la vieja pedagogía y los nuevos métodos docentes, la nueva totalidad que implica la relación vida social-educación-trabajo productivo.
Veamos la incidencia de la arquitectura en los alumnos de la V. I. Lenin, a través de sus propias palabras:
Orestes Cabañas Rodríguez (onceno grado). “Un aspecto que me parece interesante en la escuela es que a pesar de su complejidad y tamaño se capta siempre como una totalidad por su adecuación al terreno, sus diferencias de altura y el escalonamiento de los edificios. Me gustaría que en la ciudad también las viviendas tuvieran estos escalonamientos.”
Natacha Medina García (décimo grado). "Uno de los elementos de la escuela que más me impresionan e interesan son las escaleras y galerías: las vistas que se tienen desde los balcones hacia todas las direcciones. Desde allí puedo percibir el movimiento de nuestros compañeros circulando por los diferentes pisos."
Maribel Roque (onceno grado). “Para nosotros, todos los elementos de la escuela -galerías puentes. escaleras exteriores, volúmenes suspendidos- constituyen algo nuevo, que no encontramos en la ciudad y que no podíamos imaginarnos cuando sólo conocíamos la ciudad tradicional“
Estos testimonios de los alumnos demuestran la incidencia creadora de la arquitectura en la vida cotidiana cuando el diseñador asume y expresa los nuevos sistemas de valores que desarrolla la cultura social. En el proyecto posterior de la Escuela Vocacional Comandante Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el arquitecto Garrudo introdujo algunos cambios significativos con el fin de lograr una mayor diversificación y caracterización de las zonas funcionales de la escuela. El más importante es la inclusión de una pieza constructiva nueva en el sistema Girón que permite articular entre sí los bloques volumétricos con un giro de 30 grados, lo que facilita una multiplicidad de directrices espaciales en la orientación de los edificios superando así la tradicional composición sobre ejes ortogonales.
La Escuela Vocacional Máximo Gómez de Camagüey, diseñada por el arquitecto Reinaldo Togores culmina este proceso progresivo de maduración arquitectónica. Basada en la suma y verificación de las experiencias anteriores en la aplicación de estructuras funcionales ya definidas, el diseñador pudo concentrarse en la elaboración de los detalles, en las terminaciones constructivas, en las articulaciones de los nudos, en el sutil tratamiento cromático. El tamaño menor de la escuela -2 mil 500 alumnos- impuso la concentración de los componentes funcionales de uso social, alrededor de una plaza articulada y escalonada, cuya configuración compleja permite al mismo tiempo las reuniones masivas y el aislamiento individual.
Veamos la experiencia personal de Aracelis Varona González (décimo grado): "Cuando deseo descansar y pensar me siento en el parque que limita la plaza de las concentraciones. En ese lugar me hallo protegida. Es probable que el parque haya sido hecho con esa idea, lo que me gusta es la forma del parque que permite al mismo tiempo que se reúna la masa de estudiantes y que también puedan estar solos. El parque es muy acogedor."
La relación que se establece entre el área deportiva, la galería cubierta de estar frente al comedor, el sitio en que se ubicará el futuro salón polivalente y el escalonamiento del terreno de la plaza, crea un área de participación comunitaria que define el corazón vital de la escuela.
También hay un intento de jerarquizar la diversidad funcional de los elementos típicos: por ejemplo, la acentuación volumétrica de los laboratorios a través de su escalonamiento, perspectiva que oriente la primera visual frontal que se percibe desde la carretera de entrada a la escuela. Asimismo, la calle-puente de circulación que une la zona docente con los dormitorios forma un nudo de articulación con las aulas, cuyos voladizos pluridireccionales, definen un núcleo focal dinámico en dirección vertical que sobresale frente a la primacía horizontal de los bloques arquitectónicos. Por último, el cambio de diseño del modelo de las celosías que cierran las áreas de circulación-estar aligera la volumetría de los bloques y permite una mayor coherencia visual de la relación exterior-interior.
El sistema nacional de educación ha encontrado así su representación sobre el territorio urbano y rural, en el conjunto de escuelas expresivas de las diferentes facetas y caracteres que manifiestan las posibilidades y perspectivas abiertas a los jóvenes para su desarrollo técnico y cultural. En arquitectura es la aplicación de los principios integrativos de todas las escalas del diseño sobre el paisaje humanizado y la búsqueda de la variedad en la unidad. En resumen, es la respuesta creadora de los diseñadores ante las necesidades de la comunidad.
La evolución de los proyectos de las Escueles Vocacionales demuestra el proceso de maduración seguido por los arquitectos al alcanzar soluciones creativas y elaboradas. conceptual y formalmente, que responden a los requerimientos funcionales de la escuela y a las exigencias vitales de los alumnos, quienes, durante años. asumen la escuela como el contenedor básico de su vida docente, productiva y cultural. La arquitectura es concebida entonces, como el marco dialéctico, dinámico, constantemente variable, que permite las múltiples alternativas funcionales generadas por la vida cotidiana de grupos diversificados de alumnos y profesores.
La arquitectura escolar cubana refleja el impulso vital revolucionario que posee la juventud en coincidencia con los ideales forjados por la nueva sociedad. Podemos entonces afirmar que la arquitectura es la representación material de los valores impulsados por las generaciones nacidas con la Revolución. Constituyen formas y espacios que promueven la creatividad constante de las funciones de la sociedad en transformación.
El Grupo Nacional de Construcciones Escolares del DESA (Desarrollo de Edificaciones Sociales y Agropecuarias), bajo la dirección de la arquitecta Josefina Rebellón asumió la responsabilidad del diseño y construcción de los nuevos conjuntos que surgen en las áreas rurales y urbanas del país. Estos permiten poner en práctica los nuevos postulados educacionales: la vinculación del estudio con el trabajo agrícola e industrial que determina la localización de escuelas en áreas rurales en proximidad a los centrales azucareros o en zonas de desarrollo agropecuaria, y la concentración de alumnos en núcleos complejos, tales como las Vocacionales y de Formación de Maestros situadas periféricamente en las capitales provinciales
¿Cuál ha sido el proceso de elaboración de las soluciones aportadas por los arquitectos que logró en breve tiempo hacer de los conjuntos escolares, una de las expresiones mas vitales y creadores de la arquitectura de la Revolución cubana?
En primer lugar, arquitectos e ingenieros del Grupo Nacional de Construcciones Escolares y del DESA. elaboran el sistema cubano de prefabricación Girón, formado por paneles. carpinterías, columnas, vigas y losas de entrepiso que se aplica uniformemente en todas las construcciones escolares, en base a las siguientes premisas:
- a) utilización de materiales producidos en el país;
- b) utilización de las técnicas de producción de máxima industrialización, experimentadas en el país y de relativa poca necesidad de inversiones;
- c) uso de técnicas constructivas muy mecanizadas. pero que no requieran un excesivo nivel de calificación en la generalidad de los operarios;
- d) tendencia hacia un sistema constructivo abierto que permita su utilización en la mayor cantidad posible de proyectos.
Al diseñar las grandes escuelas de 2 mil y 4 mil 500 alumnos los arquitectos lograron una diversidad de soluciones y esquemas organizativos que hacen de cada conjunto una unidad reconocible y diferenciable de las restantes. La particularidad formal que caracteriza los múltiples ejemplos construidos se logra con la aplicación de los siguientes principios:
- a) la libre disposición de los bloques funcionales acordes con los requerimientos específicos de cada escuela;
- b) la adaptación de la arquitectura a la naturaleza circundante y a las condiciones topográficas;
- c) la articulación urbanística de los bloques arquitectónicos;
- d) la identificación de las funciones por agrupación de elementos o por el uso del color;
- e) la selección de una gama cromática particular en cada escuela.
Las Escuelas de Formación de Maestros.
En 1972 en el Primer Congreso de Educación y Cultura, el viceprimer ministro para el Sector de la Educación y la Cultura, Belarmino Castilla planteó la necesidad existente de 35 mil maestros primarios para hacer frente al crecimiento de la población estudiantil en los subsiguientes cinco años. Para formar los nuevos cuadros docentes, que durante el decenio anterior cumplían el ciclo Minas del Frío, Topes de Collantes y Tarará, se crean nuevas escuelas de. mil y 2 mil alumnos en diferentes ciudades del país: Pinar del Río, Cienfuegos, Matanzas, Santa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba, Guantánamo, Victoria de las Tunas, Sancti Spíritus, etc. En La Habana se ubican dos de ellas: la mayor del sistema de formadoras en Altahabana, la Salvador Allende, de 4 mil 500 alumnos y la José Martí de 2 mil alumnos en Cojímar.Un equipo de proyectistas, bajo la dirección de la arquitecta Fanny Navarrete, con la participación de los arquitectos Ledia Martínez y Rafael Barbosa, llevo a cabo las escuelas de menor escala -mil alumnos- en Cienfuegos y Matanzas, para luego afrontar la complejidad presentada por el conjunto de la Salvador Allende, en Altahabana. Esta presenta una estructura atípica, al definir los dormitorios la espina directriz de la escuela, separada de los bloques docentes, paralelos y articulados entre sí en una trama cerrada que se relaciona con el cercano barrio de viviendas.
Fanny Navarrete nos explica las motivaciones del esquema de proyecta:
“La escuela debía acercarse a la zona residencial de Altahabana para vincular estrechamente las áreas docentes con las escuelas primarias anexas ubicadas en el barrio. Por ello volcamos los bloques hacia la avenida de Vento -cuyo cruce por los alumnos se producirá por medio de un puente- con una estructura compositiva que retoma la configuración de los cercanos edificios de apartamentos. Al retirar linealmente los dormitorios del internado. se crea una zona tranquila frente a la plaza principal de la escuela -definida como espacio interior de comunicación entre los edificios- y una pantalla de separación del eje vial de Rancho Boyeros, cuya caracterización a partir de las instalaciones industriales, impone un distanciamiento de la escuela que se logra por medio de las áreas deportivas situadas frente a la espina del internado."El grupo de proyecto dirigido por la arquitecta Josefina Montalván tuvo a su cargo la Escuela de Formación de Maestros de Pinar del Río, para 2 mil alumnos. Si bien este conjunto no fue concebido inicialmente como proyecto típico, sirvió de base para otras escuelas -Santa Clara, Camagüey, Cojímar, Guantánamo, etc.- realizadas en equipo con jóvenes arquitectos pertenecientes a los Grupos Provinciales: Narciso Blanco, Gleida Rodríguez, Oria Mansito y María del Carmen Rodríguez. Dentro del equipo se realizan dos escuelas de planta muy similar, que se distinguen entre si por su relación con el paisaje y el uso del color: la Enrique José Varona de Camagüey y José Martí de Cojímar. En ellas persiste la organización longitudinal de los elementos funcionales de la escuela desarrollados sobre un eje o espina: la primera actúa como fondo de la urbanización de Montecarlo en las afueras de Camagüey; la segunda se asoma sobre los valles de la provincia de La Habana, ubicada en la cima de una abrupta colina, haciéndose visible en el paisaje rural por su antagónico cromatismo de franjas rojas y amarillas.
En la escuela de Camagüey, las dos partes de la espina -área docente y dormitorios- se articulan en un nudo, centro de las actividades sociales: la cocina-comedor, biblioteca y anfiteatro, De este modo, el paso de una función a otra se realiza a través del centro, cuya amplia galería -elemento típico de transición- delimita un espacio que nuclea la vida social -de intercambio y comunicación- de los alumnos de la escuela. Allí, el incremento del tamaño de la escuela primaria anexa permitió superar el carácter de apéndice que poseía en los ejemplos anteriores, para integrarse dentro del sistema volumétrico del conjunto. Esta vinculación asume un carácter más urbanístico que arquitectónico: una galería-puente, ubicada sobre la vía que cruza frente a la escuela, constituye el nexo entre ambos elementos.
Las Escuelas Vocacionales
En 1966 el comandante en jefe Fidel Castro, en el discurso clausura del Encuentro Nacional de Monitores, planteó la importancia del movimiento de monitores y de los círculos de Interés Científico-Técnicos como factores propulsores de la vanguardia juvenil y del desarrollo vocacional hacia las carreras técnicas y científicas. De allí surgió la idea de crear centros docentes especiales, basados en nuevas concepciones pedagógicas:...una Escuela moderna, una Escuela donde se den las condiciones para que puedan alcanzar las vocaciones el máximo desarrollo, una Escuela que sirva como premio, que sirva como estímulo a los que se han esforzado. Una Escuela que sirva como vanguardia, que sirva como piloto, que sirva como modelo de lo que deberían ser las escuelas del futuro de nuestra patria"En 1972 se inicia el proyecto y construcción de la primera Escuela Vocacional, la V. I. Lenin, situada en las afueras de La Habana, seguida luego por las siete restantes que se construyen en todas las actuales capitales de provincia Las dimensiones de estos centros -en su mayoría de 4 mil 500 alumnos y cerca de 80 mil metros cuadrados de construcción- impone hablar más de urbanismo que de arquitectura. La diversidad de funciones que contiene y su complejidad -laboratorios y aulas especiales para la enseñanza científica, la zona industrial donde trabajan los alumnos en la producción de equipos electrónicos, dormitorios, áreas deportivas, cine, teatro, museo, biblioteca, etc.- las conviertan en pequeñas ciudades docentes que reproducen, en una estructura homogénea, el carácter multifacético de la vida urbana.
El arquitecto Andrés Garrudo, proyectista general de las escuelas V. I. Lenin de La Habana, Comandante Ernesto Che Guevara de Santa Clara y Carlos Marx de Matanzas, quien ha trabajado en equipo con los arquitectos de los Grupos Provinciales, arquitectos Alberto Díaz Serpa, Eduardo Suero, José Cañete, Pedro Baldrich, Gilda Lopez, nos transmite sus experiencias como diseñador:
"Para nosotros, el proyectar estas escuelas, cuya escala era superior a todas las que se habían realizado hasta ese momento, nos impuso un aprendizaje sobre la misma marcha del proyecto, en la búsqueda de nuevas soluciones que permitieran enriquecer los resultados espaciales y formales del conjunto. En este sentido, nuestro trabajo se basó en el método de proyectación abierta, es decir en no dar por terminado el proceso de definición de los elementos hasta el momento mismo de su construcción, en no caer en esquemas repetitivos rígidos, sino por el contrario, establecer nuevas pautas de estructuración de los diversos elementos funcionales -algunos de ellos nunca antes incluidos en los edificios escolares tradicionales- que facilitara la lectura de la especificidad de las funciones. Es decir, obtener una identificación por parte de los alumnos, de aquellos componentes volumétricos que albergan el cine, el gimnasio, la cocina-comedor, etc. Una escuela que contiene una población estudiantil tan numerosa, perteneciente a diferentes niveles educacionales, nos imponía la necesidad de lograr la fluidez, la integración arquitectónica expresiva de la escala social global. Al mismo tiempo debíamos circunscribir las áreas de acción de cada grupo para alcanzar su propia identificación con formas y espacios que les pertenecieran, que señalaran la existencia de su comunidad -docente y generacional- dentro de la totalidad del conjunto"
¿Cómo fueron logrados estos objetivos?
Si bien la Escuela Vocacional V. I. Lenin conserva su planimetría simple basada en un eje longitudinal constituido por el edificio docente y articulaciones perpendiculares que definen las dormitorios de los alumnos de los diversos grados de los niveles de secundarla y preuniversitario -de 7o grado a 13o grado- la vinculación entre los bloques por medio de las cajas externas de escaleras y las galerías de circulación situadas en cada una de las plantas de los edificios, crean el efecto “ciudad” por medio de las transparencias, superposiciones y fugas prospécticas hacia diferentes direcciones, EI entrecruzamiento de las galerías establece una "malla" espacial, mientras el escalonamiento de algunos bloques y los volúmenes macizos de las aulas, suspendidos sobre las áreas comunes de estar, definen un perfil urbanístico constantemente variable y cambiante cuya percepción cotidiana genera una experiencia visual diferente de la forma y el espacio. No se trata sólo de la captación de los componentes arquitectónicos: es también la dinámica humana producida por el movimiento de los estudiantes a lo largo de las galerías; son las visuales hacia el paisaje circundante; es la luz y la sombra que en el ciclo día-noche transforma las imágenes en un continuo alternarse de positivo-negativo.Estas imágenes arquitectónicas. en algunos casos inéditas para los alumnos, inciden directamente en su toma de conciencia del contraste existente entre las viejas estructuras urbanas y arquitectónicas y las nuevas en las cuales desarrollan su vida docente y productiva. Es en definitiva. la proyección física del cambio radical acaecido entre la vieja pedagogía y los nuevos métodos docentes, la nueva totalidad que implica la relación vida social-educación-trabajo productivo.
Veamos la incidencia de la arquitectura en los alumnos de la V. I. Lenin, a través de sus propias palabras:
Orestes Cabañas Rodríguez (onceno grado). “Un aspecto que me parece interesante en la escuela es que a pesar de su complejidad y tamaño se capta siempre como una totalidad por su adecuación al terreno, sus diferencias de altura y el escalonamiento de los edificios. Me gustaría que en la ciudad también las viviendas tuvieran estos escalonamientos.”
Natacha Medina García (décimo grado). "Uno de los elementos de la escuela que más me impresionan e interesan son las escaleras y galerías: las vistas que se tienen desde los balcones hacia todas las direcciones. Desde allí puedo percibir el movimiento de nuestros compañeros circulando por los diferentes pisos."
Maribel Roque (onceno grado). “Para nosotros, todos los elementos de la escuela -galerías puentes. escaleras exteriores, volúmenes suspendidos- constituyen algo nuevo, que no encontramos en la ciudad y que no podíamos imaginarnos cuando sólo conocíamos la ciudad tradicional“
Estos testimonios de los alumnos demuestran la incidencia creadora de la arquitectura en la vida cotidiana cuando el diseñador asume y expresa los nuevos sistemas de valores que desarrolla la cultura social. En el proyecto posterior de la Escuela Vocacional Comandante Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el arquitecto Garrudo introdujo algunos cambios significativos con el fin de lograr una mayor diversificación y caracterización de las zonas funcionales de la escuela. El más importante es la inclusión de una pieza constructiva nueva en el sistema Girón que permite articular entre sí los bloques volumétricos con un giro de 30 grados, lo que facilita una multiplicidad de directrices espaciales en la orientación de los edificios superando así la tradicional composición sobre ejes ortogonales.
La Escuela Vocacional Máximo Gómez de Camagüey, diseñada por el arquitecto Reinaldo Togores culmina este proceso progresivo de maduración arquitectónica. Basada en la suma y verificación de las experiencias anteriores en la aplicación de estructuras funcionales ya definidas, el diseñador pudo concentrarse en la elaboración de los detalles, en las terminaciones constructivas, en las articulaciones de los nudos, en el sutil tratamiento cromático. El tamaño menor de la escuela -2 mil 500 alumnos- impuso la concentración de los componentes funcionales de uso social, alrededor de una plaza articulada y escalonada, cuya configuración compleja permite al mismo tiempo las reuniones masivas y el aislamiento individual.
Veamos la experiencia personal de Aracelis Varona González (décimo grado): "Cuando deseo descansar y pensar me siento en el parque que limita la plaza de las concentraciones. En ese lugar me hallo protegida. Es probable que el parque haya sido hecho con esa idea, lo que me gusta es la forma del parque que permite al mismo tiempo que se reúna la masa de estudiantes y que también puedan estar solos. El parque es muy acogedor."
La relación que se establece entre el área deportiva, la galería cubierta de estar frente al comedor, el sitio en que se ubicará el futuro salón polivalente y el escalonamiento del terreno de la plaza, crea un área de participación comunitaria que define el corazón vital de la escuela.
También hay un intento de jerarquizar la diversidad funcional de los elementos típicos: por ejemplo, la acentuación volumétrica de los laboratorios a través de su escalonamiento, perspectiva que oriente la primera visual frontal que se percibe desde la carretera de entrada a la escuela. Asimismo, la calle-puente de circulación que une la zona docente con los dormitorios forma un nudo de articulación con las aulas, cuyos voladizos pluridireccionales, definen un núcleo focal dinámico en dirección vertical que sobresale frente a la primacía horizontal de los bloques arquitectónicos. Por último, el cambio de diseño del modelo de las celosías que cierran las áreas de circulación-estar aligera la volumetría de los bloques y permite una mayor coherencia visual de la relación exterior-interior.
El sistema nacional de educación ha encontrado así su representación sobre el territorio urbano y rural, en el conjunto de escuelas expresivas de las diferentes facetas y caracteres que manifiestan las posibilidades y perspectivas abiertas a los jóvenes para su desarrollo técnico y cultural. En arquitectura es la aplicación de los principios integrativos de todas las escalas del diseño sobre el paisaje humanizado y la búsqueda de la variedad en la unidad. En resumen, es la respuesta creadora de los diseñadores ante las necesidades de la comunidad.
La evolución de los proyectos de las Escueles Vocacionales demuestra el proceso de maduración seguido por los arquitectos al alcanzar soluciones creativas y elaboradas. conceptual y formalmente, que responden a los requerimientos funcionales de la escuela y a las exigencias vitales de los alumnos, quienes, durante años. asumen la escuela como el contenedor básico de su vida docente, productiva y cultural. La arquitectura es concebida entonces, como el marco dialéctico, dinámico, constantemente variable, que permite las múltiples alternativas funcionales generadas por la vida cotidiana de grupos diversificados de alumnos y profesores.
La arquitectura escolar cubana refleja el impulso vital revolucionario que posee la juventud en coincidencia con los ideales forjados por la nueva sociedad. Podemos entonces afirmar que la arquitectura es la representación material de los valores impulsados por las generaciones nacidas con la Revolución. Constituyen formas y espacios que promueven la creatividad constante de las funciones de la sociedad en transformación.