De pronto y sin poder explicarlo todavía hoy, me pareció necesario hacer la historia del proceso aquel… Yo, como los viejos siempre se sienten los cancerberos del tiempo, no perdí la oportunidad de revestir todo intento de memoria con la salsa de mi nostalgia. Que no lo pude evitar y ahí ahí te mando la historia, which is all known, como una crónica actual de un tiempo que ya habitamos, cuidadosamente compuesto sin dirigentes ni dirigidos, nadando en dirección opuesta a la del -nuestro nunca desaparecido- Maestro Segre. Dice un proverbio árabe “Los hombres se parecen más a su tiempo que a sus padres”.
Este mobiliario fue el resultado visible de un estudio pluridisciplinar, llevado a cabo por el Ministerio de la Industria Ligera entre los años 1969 hasta 1972. Economistas, ingenieros, técnicos de la madera, tecnólogos, carpinteros y arquitectos, actuando desde el Grupo de Desarrollo del Mueble, propusimos el resultado visible de una investigación dedicada a sensibilizar las instancias del poder, respecto al amoblamiento de las nuevas viviendas del Plan de las 10,000 así como los planes de restitución de la obsolescencia mobiliaria en las viviendas existentes.
En los principios de esta hazaña, hubo una Empresa de Muebles en el Ministerio de la Industria Ligera y un Departamento de Desarrollo en su interior. En 1969 salió hacia Europa una nutrida misión de técnicos, con Reinaldo Togores al frente quien era el Jefe de ese Departamento. Investigar la industria y producción de muebles en países socialistas y capitalistas fue su objetivo, dado que parecía inminente la aparición de un plan de viviendas a gran escala, entrando en los 70s y para 10 ó 12 años, que requería una simétrica producción de muebles.
Llevaban una estructurada propuesta de visitas a varios países concluidas en Suecia tres meses más tarde. Yo no pude participar porque me trasladé a este grupo durante su viaje. A su regreso trajeron el estado y la estética propia de la industrialización del mueble de madera artificial, la nueva herrería requerida, la cocina mueble, los componentes plásticos, las maquinarias, las normas y módulos, los paneles y densidades, los precios y volúmenes de materiales a importar o producir, los acabados, las resinas epóxicas, etc., la información y los contactos que estos embajadores estaba en relación directa al gran volumen de catálogos, muestrarios, revistas, boletines, piezas de plástico que consultábamos y devorábamos.
Nuestra oficina se convirtió en un centro de documentación (una suerte de Wikipedia antigua) sobre su propio objetivo: el desarrollo del mueble. Idalmis, nuestra secretaria fue parte importante en la clasificación y distribución del material en el área de trabajo, donde transitaban todos los técnicos jóvenes de la Empresa que compartía con nosotros la 7ma. planta del edificio de la Industria Ligera en La Habana Vieja. De IKEA, que todavía estaba contenida en Suecia y amenazaba con la globalización del ambiente en la vivienda popular, tuvimos catálogos y noticias de primera mano con Eva Björklund, además de la influencia conceptual de sus muebles mercados con su propaganda agresiva, para toda una vida.
Estas piezas que diseñamos en 1971 correspondían con el pensamiento tecnológico y estético entonces más avanzado, mostrando las posibilidades de las tecnologías instaladas en el país, desde el plywood soviético, el cedrín chileno, el tubo de aluminio y el cordón de PVC coreano, hasta el semiesférico molde de madera comúnmente utilizado para repulsar aluminio en la fábrica Lámparas Cubanas.
Diseñamos un sistema mobiliario flexible, influenciado por el pensamiento de la entonces incipiente industria sueca IKEA, que rechazaba a los juegos tradicionales de muebles de madera maciza, promoviendo el espacio del habitar doméstico, como receptor de un surtido mínimo, ligero, polivalente y flexible: sillas, lámparas, espejo, textiles, gráficas, etc.
Por ello propusimos enfrentar la renovación de la industria del panel de madera artificial existente, actualizando en principio la planta industrial de La Salud, para lograr un panel de bagazo de caña con la densidad necesaria para producir muebles de almacenaje industrialmente. También nosotros hicimos una exposición en aquellos tiempos, para evidenciar las conclusiones de aquella investigación, fabricando artesanalmente en Plywood, un sistema de muebles-pared como si fuera creado con paneles de bagazo, haciendo marco a "las piezas sueltas” (sillas , mesas, camas, etc.) en los espacios que rescatamos del proyecto típico de viviendas del Gran Panel V.
Casi seguro que estos elementos de una cerrajería desconocida se emplearon por primera vez en la carpintería del Taller del Río Almendares y por extensión en el país. Los herrajes SALICE y otros elementos diseñados en Europa como base indispensable de la producción industrial del mueble de panel de madera artificial: bisagras, conectores, tiras plásticas perforadas, etc, se fijaron en esta "pared de almacenaje", que también actuaba como muestrario de distintas soluciones tecnológicas y económicas en el desarrollo del mismo tipo de mueble. Aquella exposición instalada en 1972 en los salones expositivos del mismo Taller del Rio Almendares, se estructuró bajo un concepto que devino ser su principal consigna: “El hueco construido no es la solución de la vivienda. La vivienda es un contenedor de las cosas útiles e inútiles; cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa".
Los planos originales se quedaron en el archivo (una tosca cajonera vertical) del taller del Rio Almendares. Sus grandes cajones guardaban los planos de muebles nuestros y ajenos; junto a los diseños de lámparas, gráficas, espejos, banquetas, cojines, etc., que produjimos en cascada durante esos casi dos años. Tiempo de refugiados en un costado del salón de dibujo donde se diseñaban muebles para la producción nacional, dada nuestra condición de transitoriedad.
Nos justificaba allí la exposición que veníamos a producir e instalar: una propuesta para el amoblamiento de las viviendas que se iban a construir en rachas de 100.000 por año. Habíamos logrado autorización para exponer la síntesis al natural, de la investigación realizada para afrontar el desafío de tan inmenso plan. Diseñábamos muebles y armarios fuera del juego tradicional, aferrados a nuestras mesas de dibujo, surfeando en todas direcciones sobre el encrespado apoyo de Celia Sánchez Manduley.
Gracias a esta invulnerabilidad, insertamos nuestro entusiasmo creativo en "el taller del todo es posible", con aquellos operarios llegados de todos los rincones, que sabían el secreto de las maderas macizas, en láminas, preciosas y de palmeras, de la piel con pelos y pelada, de las lacas y barnices, de las costuras en lona y lino. Nuestros diseños se perfilaron mucho al contacto con aquellos hombres que ejecutaban moldes como esculturas y caprichos como Aladinos.
Jorge, Angelito, Cajigal, Gardenia, Abreu, Ernesto, Máximo, Limonta y otros, han quedado impresos en cada una de las realizaciones de aquel tiempo vivido a tope en el umbral de los setentas. Nuestras piezas fueron expuestas allí mismo, para enrolar a los líderes visitantes (máximos y mínimos) en la posible mejor vida de su pueblo, al alcance de ellos mismos, sus dirigentes. Muestra que de soslayo potenciaba el orgullo de este artesanado perfeccionista, afincado en la trastienda de aquel salón multiuso, uno de los cuales era travestir el Poder omnímodo en Mecenazgo ad libitum...
Y después de producida nuestra exposición, el interés se congeló en sus salones, porque esas ideas resultaron muy lejanas: les quedaba todavía a estos héroes, para avistar el futuro, mucho presente por devorar. La falta de decisión de los máximos jefes, también afectó los estudios que habíamos concertado con Alberto Zevi, responsable de la firma ELMAG en Milán, especializada en proyectos para la industria del mueble. Proponía la industrialización del bagazo de caña, para la producción de una panelería de muebles industrializada, con uso posible para la construcción.
Después de varios viajes a nuestro grupo, infructuosos todos porque nadie se comprometía con su proyecto, marchó sin despedida la última vez. En su recuerdo quedó el slogan con que -a su decir- se podría vender la poltrona Yab-Yum -si yo le permitía su producción- en la Italia de aquellos tiempos: “Dalla Cuba rossa e arrivato la poltrona che fa l’amore costantemente”. Este slogan en español (De la Cuba comunista nos ha llegado la butaca que hace el amor constantemente) es la mejor definición de la Butaca, cuyo nombre alude a una de las posiciones del amor tántrico.
Yab-Yum es Padre-Madre, es también Ying-Yang. El machihembrado sugirió ese encuentro entre asiento femenino y respaldo masculino que se encastran en el vacío de dos marcos laterales, para alcanzar la definición de su uso. Ananga Ranga, Kama Sutra, Cien Años de Soledad y otros libros, rellenaron los floreados años del "make love not war", con muchas vías hacia al descubrimiento del Yab-Yum: "El hombre sentado con sus piernas cruzadas, en posición de loto y la mujer encima de él, envuelve con sus piernas, su torso y espalda baja”. Inmóvil la posición contiene la fuerza original de esta silla que se filtra hasta su interpretación. "Ravi Shankar, All you need is love, What the world needs now", el Prohibido Prohibir de mayo 68, la-Cuba-de-lo-prohibido, de corta y pega, de diversionismo y depuración, de afinidades y oposiciones, del espíritu de su tiempo, amasaron los contenidos en la Yab-Yum.
Hace unos años, yo hice dos piezas con un carpintero estrella en Sevilla y me he quedado con una en casa. No sabes cuanto le costaba a ese hombre aceptar la idea de un mueble sin tornillos hasta que lo logró. Su taller tenía cámara de pintura y hasta las pinté como al primer prototipo que durante años tuve en mi casa habanera, junto a otros pioneros de mi producción. Aquella pieza se perdió sabe Dios donde, junto a todo lo demás cuando mi refugio en Villegas con mi historia completa, fue presa de la violencia que echó al familiar que la ocupaba, poco tiempo después de salir mi hija y su marido para España.
Esta sencilla complejidad (según dijo Olivera quien la construyó en Sevilla) se hizo entonces en plywood soviético de 18 mm. empleando los materiales disponibles en el país... nunca pensamos que se podría extinguir el suministro ruso. Su diseño estaba previsto para ser producida en paneles de madera artificial (bagazo). Las sillas de metal y lona “las corbusillas” fueron diseñadas contando con las dimensiones de los tanques de inmersión para niquelar los tubos de hierro y sus curvas derivan de los radios de giro posibles a realizar en las unidades de nuestra Empresa de Muebles y Envases.