por Reinaldo N. Togores
Los XI Juegos Panamericanos se realizaron en La Habana, Cuba entre el 2 y 18 de agosto de 1991. El Complejo de Piscinas Baraguá fue proyectado en el taller del Arquitecto Antonio Quintana Simonetti. Posee una alberca olímpica, un estanque de curso corto para calentamientos y eventos, una pileta de recuperación atlética y un tanque de clavados.
El Proyecto de Ambientación, entendiendo por ello el diseño de interiores, fue encargado a través del Fondo de Bienes Culturales a nuestro equipo. El trabajo realizado incluyó la selección de una serie de obras de pintura, escultura, grabado, fotografía y cerámica de algunos de los más destacados artistas cubanos del momento -entre ellos Flora Fong, Frémez, Gilberto Frómeta, René Azcuy y Tomás Lara- que fueron ubicadas en los diferentes locales del centro. Entre ellas podemos destacar cuatro fotomurales, veinte grabados y serigrafías, un tapiz mural, 10 pinturas sobre tela o sobre papel y unas treinta piezas de cerámica artística. Como parte del proyecto elaboramos el diseño del tratamiento gráfico de techos y paredes en el túnel de entrada, vestíbulos y escaleras.
Una vez pasados los juegos todas estas instalaciones han sufrido de la desatención y falta de mantenimiento, llegando al extremo deterioro que se manifiesta actualmente. Como testimonio de ello reproducimos parte del artículo de Beatriz Lobaina publicado en 2013 en el blog Isla al Sur:
El Proyecto de Ambientación, entendiendo por ello el diseño de interiores, fue encargado a través del Fondo de Bienes Culturales a nuestro equipo. El trabajo realizado incluyó la selección de una serie de obras de pintura, escultura, grabado, fotografía y cerámica de algunos de los más destacados artistas cubanos del momento -entre ellos Flora Fong, Frémez, Gilberto Frómeta, René Azcuy y Tomás Lara- que fueron ubicadas en los diferentes locales del centro. Entre ellas podemos destacar cuatro fotomurales, veinte grabados y serigrafías, un tapiz mural, 10 pinturas sobre tela o sobre papel y unas treinta piezas de cerámica artística. Como parte del proyecto elaboramos el diseño del tratamiento gráfico de techos y paredes en el túnel de entrada, vestíbulos y escaleras.
Una vez pasados los juegos todas estas instalaciones han sufrido de la desatención y falta de mantenimiento, llegando al extremo deterioro que se manifiesta actualmente. Como testimonio de ello reproducimos parte del artículo de Beatriz Lobaina publicado en 2013 en el blog Isla al Sur:
En un momento donde el deporte cubano necesita protagonismo, las instalaciones del Este habanero, creadas para los Juegos Panamericanos de La Habana 1991, muestran un estado crítico de deterioro.A pesar de las intenciones expresadas en el artículo citado, la restauración del edificio aún estaba pendiente en diciembre 2014. Como un aporte a una futura restauración de esta obra queremos aportar, de nuestro archivo personal los planos originales de nuestro proyecto de ambientación, así como algunas de las fotos que tomamos en los días previos a la inauguración de las instalaciones.
“Cuando me detengo a observar el sitio donde, desde 1994, pasaba la mayor parte del día, siento un apretón en el pecho; pero tengo fe en volver a lanzarme en las piscinas”, expresa el polista Ernesto Cisneros.
De todas las sedes creadas, este centro es hoy el de peor estado. ¿Las causas? A finales de diciembre se cayó una parte de la estructura del techo (pasagato) por lo que las disciplinas que aquí entrenaban (nado sincronizado, polo acuático y clavado) tuvieron que reubicarse. Paradojas del destino, pues pocos días antes del incidente se habían desarrollado de manera exitosa los eventos correspondientes a los IV Juegos Cerro Pelado.
Para revertir un inconveniente adicional que también golpeaba se pusieron en marcha, dentro del cuarto de calderas, tres intercambiadores a razón de uno por piscina, capaces de recircular y calentar el agua. Ciertamente, el volumen de consumo de 65-70 litros de petróleo por hora de cada uno de los aparatos resulta considerable, pero… más engorroso para los atletas es lanzarse al agua en diciembre con 15 grados centígrados.
Volviendo al techo, la herrumbre y el pasagato caído, fue esa la voz de alarma para que las autoridades deportivas incluyeran, con tinta roja de prioridad, las labores de rescate de Baraguá en el plan inversionista del 2013.“El tejado de zinc galvanizado comenzó a desmontarse el once de marzo por una brigada del contingente Julio Antonio Mella y se prevé su terminación para el mes de noviembre; no será hasta enero del 2014 que se realice la reparación interna del centro”, declara José Valdés Silva, director del complejo. “Aunque estamos en una etapa de ejecución, una o dos veces a la semana encendemos las máquinas para mantenerlas en buen estado y las piscinas permanecen llenas y clorificadas”, especifica.
Marcos Gousson, vecino de la zona por más de tres décadas, afirma: “Cuesta trabajo imaginarse que el escenario acogió un torneo de tanto renombre y no se parezca a lo inicial. Sabemos que trabajan en pos de rescatarlo, verlo listo es el sueño de los pobladores de por acá”.