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Entrevista realizada por Roberto Segre y publicada en la revista La Gaceta de Cuba en enero de 1977.
Entrevista realizada por Roberto Segre y publicada en la revista La Gaceta de Cuba en enero de 1977.
En el discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro. en ocasión de la apertura del curso escolar 1976/77 y de la inauguración de la Escuela Vocacional "Máximo Gómez" de Camagüey, al referirse a sus características dijo:
"Desde el punto de vista de su base material, por el proyecto, construido en base al sistema Girón, pero con una concepción especifica para esta escuela, por la concentración y la distribución de sus instalaciones, por su arquitectura, sin duda que en este momento es la mejor de Cuba... ha sido hecha con un verdadero arte. Debemos felicitar al Grupo de Construcciones Escolares y al arquitecto que proyectó esta escuela".Para conocer las opiniones del proyectista de la obra, entrevistamos al arquitecto Reinaldo Togores, profesional joven (37 años), comenzó a estudiar arquitectura en el año del desembarco del Granma y participó en la lucha contra la tiranía en la Sección Estudiantil del Movimiento 26 de Julio. Graduado en 1965, se incorporó a los planes de construcción de viviendas en Camagüey y Oriente; posteriormente realizó estudios y proyectos de mobiliario para la vivienda y desde 1973 es proyectista del Grupo Nacional de Construcciones Escolares, desempeñándose al mismo tiempo como profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana.
¿Qué efecto le causó el reconocimiento a los resultados alcanzados en tu obra?
En primer lugar, una emoción profunda y una gran alegría de ver plasmada con éxito la escuela después de tres años de trabajo. En segundo lugar verificar el entusiasmo que sienten por ella los alumnos y profesores que viven en ella cotidianamente; en tercer lugar, que la mayor obra que he realizado hasta ahora se encuentre en Camagüey, provincia en la que me inicié como arquitecto trabajando en los planes de construcción de viviendas con un equipo de compañeros que luego, algunos de ellos se integraron en la brigada que ejecutó la escuela.
¿El trabajo de los constructores camagüeyanos incidió en la calidad de la escuela?
Podemos afirmar que esta vez han coincidido plenamente los objetivos propuestos en el proyecto y la concreción material de la obra. En algunos casos ocurre que los arquitectos realizan diseños muy imaginativos en el papel, pero que luego no se materializan igualmente en la realidad, o no se logra el cuidado de los detalles que valorizan la obra. Para que exista una unión entre proyecto y realidad debe existir una verdadera simbiosis entre las aspiraciones y motivaciones del diseñador y su interpretación por parte de los constructores. Tanto los dirigentes de la provincia como los trabajadores de la brigada que realizó la escuela acogieron con entusiasmo, con amor, el proyecto de la escuela y afrontaron las dificultades que se presentaron sobre la marcha, encontrando siempre la solución acertada con espíritu de sacrificio, conscientes que la escuela no constituía un edificio más dentro de la provincia, sino que sus elementos expresaban los valores técnicos, estéticos y humanos representativos de la voluntad creadora del pueblo camagüeyano.
¿En qué se diferencia esta escuela de las otras vocacionales?
Considero que la escuela constituye una etapa dentro del proceso de proyecto de las grandes escuelas que se están construyendo. El análisis de las anteriores, por ejemplo, la "Lenin" la "Salvador Allende", etc, nos permitió introducir una serie de modificaciones que, sin cambiar sus elementos básicos -constructivos o funcionales- le otorgaron una personalidad propia. En ello incidió su tamaño menor, de 2.500 alumnos en vez de 4.300, que nos hizo compactar los distintos bloques para otorgarles una estructura más “urbana”. En vez de una composición lineal, optamos por crear un espacio central de forma compleja, alrededor del cual giran los diversos componentes funcionales del conjunto.
¿Cuáles son los elementos más logrados de la escuela?
Un aspecto que nos interesó desarrollar en el proyecto fue la personalización e Identificación de las funciones principales. Si bien los módulos de aulas, dormitorios, laboratorios, etc. están normalizados para todas las escuelas, quisimos encontrar una expresión que demostrara la especialización de la escuela hacia las carreras técnicas y científicas, al colocar en primer plano el conjunto de aulas-laboratorio, con sus volúmenes salientes que es lo primero que visualiza el espectador al llegar a la escuela. También la ubicación del comedor vinculado a la plaza central con su espacio libre en la planta baja para las reuniones o el descanso; la biblioteca, en la que retomamos algunos temas arquitectónicos utilizados por el gran arquitecto finlandés Alvar Aalto; el sistema de galerías y puentes de mayor altura, que permiten diferentes perspectivas hacia los edificios y el paisaje y por último el uso del color. Esto ha jugado un papel muy importante en la diferenciación de los edificios. En la definición de los tonos y de sus diferentes gamas, aplicamos criterios científicos, experimentados a través de nuestra labor docente en la asignatura de Diseño Básico en la Escuela de Arquitectura. En resumen, se ha tratado de hacer un conjunto lo suficientemente variado, que permita a los alumnos, durante los seis años de permanencia en la escuela descubrir constantemente nuevas formas y espacios, apropiado para el desarrollo de sus actividades y acordes a su sensibilidad y estados de ánimo.
¿Considera esta obra un aporte nuevo dentro de la arquitectura cubana?
Nuestra arquitectura ha madurado aceleradamente desde el triunfo de la Revolución y posee ya una personalidad propia y se desarrolla con premisas bien claras: realizar obras de calidad que respondan a las múltiples necesidades de nuestro pueblo, a partir de tecnologías avanzadas y de diseños cada vez más elaborados y personalizados. La primera etapa en la que primaba la repetición de esquemas estereotipados, o en la que aún no estábamos familiarizados con los sistemas de prefabricación y donde la presión ejercida por las necesidades impostergables nos obligaba a resolver los problemas sobre la marcha, ya ha sido superada. Ahora, con un amplio dominio de una diversidad de sistemas tecnológicos y dentro de las posibilidades otorgadas por nuestro desarrollo económico, los valores culturales y estéticos que representan los ideales de nuestro pueblo exigen de nosotros un trabajo más cuidadoso, un análisis más profundo, y hacia este objetivo estamos trabajando. Aspiramos a que la Escuela Vocacional "Máximo Gómez" refleje estas concepciones.
Roberto Segre
la gaceta de cuba
Numero 152, enero de 1977.