INTRODUCCIÓNEn un país donde la construcción se industrializa, la elaboración de proyectos para la construcción se acerca, cada vez más, al diseño industrial. De ahí que consideremos a las experiencias cubanas en esta rama como tema adecuado para una intervención en este Segundo Congreso Latinoamericano de Diseño Industrial. Punto de partida obligado será el momento del triunfo de la Revolución, enero de 1959. No existían entonces más que pequeñas oficinas privadas dedicadas a la elaboración de proyectos y, en su mayoría, no hacían otra cosa que residencias para la media y alta burguesía. Muchos de estos profesionales, a la vez empresarios en pequeña escala, se consideraron afectados por el proceso de transformaciones emprendido y en lugar de colaborar en los planes de viviendas campesinas, hospitales rurales, escuelas e industrias que recién se iniciaban, optaron por abandonar el país tras la huella de sus antiguos clientes. Como consecuencia de esto, nuestra masa de especialistas es hoy muy joven. Sin embargo, la producción de construcciones es hoy seis veces y media mayor que en 1958, del orden de los 1.300 millones de pesos. Hacer frente a este plan de obras con una fuerza técnica que en su mayoría es de reciente promoción ha exigido el desarrollo de una serie de recursos que aseguren un nivel adecuado de calidad en los proyectos y contribuyan, a la vez, al aumento de la productividad. A ellos nos referimos a continuación. NORMALIZACIÓNEl diseñar implica siempre un proceso de búsqueda de soluciones. El conjunto de posibles variantes de solución puede ser más o menos numeroso. El proyectista explora tantas alternativas como se lo permitan las circunstancias. Esta búsqueda suele tener una orientación definida a priori a partir de consideraciones relacionadas con La técnica constructiva, el destino de la obra, aspectos económicos у otras cuestiones de muy diversa índole entre las que no pueden despreciarse los criterios de valoración estética del proyectista. La normalización y la tipificación tienen una especial importancia como medio para asegurar una orientación correcta a esta búsqueda de soluciones. Gracias a ellos, se logra poner a disposición de cada proyectista un caudal de experiencia acumulada que puede salvarle de transitar por caminos estériles. De acuerdo a la tipología de los proyectos que deben elaborarse, será posible ordenar la información obtenida de experiencias anteriores para su uso en ocasiones futuras. Esta información, seleccionada y ordenada en función de las prioridades de la política técnica y económica del país en un momento determinado de su desarrollo, adopta el carácter de norma. En algunos casos, la norma puede resultar de investigaciones científicas diseñadas al efecto y usualmente implica búsquedas bibliográficas que complementan y enriquecen las experiencias de los especialistas encargados de su confección. La norma asegura la calidad y la economía en los métodos, materiales, elementos y soluciones utilizadas en los proyectos y es, a la vez, un vehículo idóneo para la incorporación de los logros del progreso científico-técnico. Aunque la actividad de normalización para el sector de la construcción data en nuestro país del año 1963, su efectividad para muestra rama se ha resentido de una serie de deficiencias, entre las cuales sobresalen la falta de órganos y servicios de normalización en las entidades proyectistas, la impresión en número insuficiente de las normas aprobadas, su distribución irregular y la carencia de procedimientos que permitieran verificar su implantación. Estos aspectos fueron tenidos en cuenta durante la reestructuración del sistema empresarial del Ministerio de la construcción a fines de 1980. A partir de entonces se establecieron órganos especializados para la normalización y el control de la calidad al nivel de empresa, se instauró el procedimiento de los comités de expertos —que verifican el cumplimiento de las normas y la calidad de las soluciones adoptadas en los proyectos típicos y en los específicos que por su importancia lo justifiquen- y se ha ampliado el fondo de normas vigentes con la creación de las regulaciones de proyecto, documento normativo ramal cuyo proceso de confección y aprobación es más ágil que el de la norma estatal, lo que hace posible una respuesta más acorde a la mutabilidad de las condiciones que se derivan de la práctica real. TIPIFICACIÓNLa tipificación ha permitido lograr resultados concretos en plazos de tiempo relativamente cortos. Si a través de las normas universalizamos la experiencia adquirida extrayendo de ella los principios de validez general, la tipificación nos permite reutilizar las mejores soluciones de proyecto ya encontradas, ahorrándonos el repetir cada vez un mismo proceso de generación de posibles variantes y de selección у evaluación de las que cumplen los parámetros establecidos en el programa. Esto permite alcanzar aumentos considerables en la productividad del proyectista sin afectar negativamente la calidad del proyecto. El aprovechamiento en la práctica de estas posibilidades estará directamente en función de determinadas características de las soluciones típicas ofertadas. Estas soluciones, ya sean para unidades funcionales completas, para componentes funcionales o para elementos constructivos básicos, deberán estar concebidas en términos de sistemas y subsistemas que posean un elevado número de posibilidades combinatorias. El desarrollo de estas soluciones exige un procesamiento de trabajo que asegure como resultado final la compatibilidad y la interconectividad según principios modulares de unidades funcionalmente eficaces y tecnológicamente completas. En Cuba, la tipificación ha operado a distintas escalas y con diversos propósitos, incluyendo esquemas volumétricos, esquemas funcionales, técnicas y sistemas constructivos, elementos constructivos aislados, módulos y secciones de objetos de obra, objetos de obra y obras completas. | La tipificación ha contribuido de manera decisiva a la mecanización y a la industrialización que han sido las características más sobresalientes de la construcción en Cuba a partir de 1959. Los resultados más espectaculares pueden verse en el plano de las construcciones escolares, con más de 500 escuelas y conjuntos escolares con capacidades entre 500 y 4500 alumnos que se construyeron durante los años 70. Este impresionante resultado fue posible gracias a la tipificación de un sistema constructivo —el sistema Girón— y al desarrollo de proyectos típicos como el de las escuelas secundarias básicas en el campo, los círculos infantiles y las escuelas primarias y al diseño de los grandes conjuntos escolares a partir de objetos de obra y secciones de objetos de obra típicos, combinados según esquemas funcionales característicos de los diversos programas. CATALOGACIÓNLa confección de catálogos y el diseño a partir de ellos ha sido una consecuencia lógica del desarrollo de la tipificación. Los catálogos se estructuran de forma tal que sustituyan una buena parte de la documentación que de otra manera habría que preparar para cada proyecto. El éxito de este método reside en la manera de agrupar la documentación, según el nivel de generalidad de las soluciones y de acuerdo. a las exigencias del proceso constructivo. Esto se cumple en gran medida en los sistemas constructivos de mayor uso -sistema Girón, naves ligeras, naves industriales- que poseen juegos completos de catálogos que incluyen componentes, juntas, detalles típicos e instrucciones para el proyecto y la construcción.
También se han desarrollado catálogos de esquemas funcionales, de flujos tecnológicos, etcétera, para distintos programas especializados, se aspira en el futuro a llevar al sistema de catálogos las series de proyectos típicos, de manera que el proyecto de cada edificio se componga a partir de una serie de catálogos de partes del proyecto agrupadas según las distintas fases del proceso de ejecución de la obra. Cada uno de estos catálogos, por su parte, hará referencia a las soluciones constructivas detalladas en una serie paralela de catálogosque valen para todo el sistema de edificios típicos de que se trate. SISTEMAS AUTOMATIZADOS DE PROYECTO (SAPRO)Hoy, la más avanzada de las técnicas para la elaboración de proyectos es, sin duda, aquélla que se fundamenta en el uso de las máquinas computadoras electrónicas. Lo sistemas Automatizados de Proyecto (SAPRO) hacen posible, en principio, almacenar y procesar información, generar automáticamente soluciones de diseño y comprobar la calidad de las mismas. La desaparición de la mesa de dibujo y de las técnicas tradicionales de papel y lápiz son ya posibles. La producción nacional de medios de computación, unida a la importación de cierto número de máquinas de distintas capacidades, han puesto al alcance de las entidades, proyectistas servicios de computación utilizables en la elaboración de proyectos. Estos servicios se aplican hoy fundamentalmente a cálculos aislados de ingeniería, existiendo un plan de implantación y completamiento de programas para los proyectos viales, hidráulicos, eléctricos y estructurales.
Los sistemas realmente integrales de diseño -especialmente en los proyectos de arquitectura- aún cuando harían posible un uso más eficiente de la técnica de computación y del personal especializado que la opera, no son fáciles de implementar y requieren periféricos especializados que por su alto costo son aún deficitarios en las condiciones de nuestro país. Su desarrollo no puede acometerse de manera indiscriminada pues cada tipología de proyecto requerirá una configuración de equipos de acuerdo a sus características específicas. Para la empresa proyectista de viviendas, por ejemplo, se ha recomendado el método de foto-proyección para elaborar la documentación gráfica, lo que hará posible prescindir de un graficador digital como salida. Otro aspecto de la cuestión se relaciona con el desarrollo de la base informativa y de programación necesaria para poner a punto estos sistemas. La implantación de los SAPRO exige un alto nivel de desarrollo previo de la normalización y la tipificación. Sin esto no habrán datos que la máquina procese ni reglas de diseño según las cuales dicha información sea procesada. En Cuba, los grandes planes constructivos estatales -donde se emplean sistemas de prefabricado para obras de gran complejidad tales como industrias, hospitales, centros de investigaciones, conjuntos urbanos, etcétera, crean hoy condiciones óptimas para el mejor aprovechamiento de la técnica de computación aplicada a la elaboración de proyectos a través de sistemas integrales cuyo estudio ya se inicia. CONCLUSIONESLas organizaciones proyectistas del sector cubano de la construcción y, en particular, las del Ministerio de la Construcción, han logrado cubrir la demanda de proyectos engendrada por los planes masivos de edificación emprendidos a partir de 1959 gracias al desarrollo de técnicas no tradicionales en la elaboración de proyectos. La tipificación ha sido un factor de especial importancia en ello y se ha manifestado sobre todo en el desarrollo de sistemas constructivos prefabricados entre los cuales ya mencionamos como ejemplo sobresaliente el sistema Girón, diseñado en 1969 como respuesta al plan de construcciones escolares, Con este sistema se han construido algunas de las obras más trascendentes de la arquitectura cubana contemporánea.
En nuestro caso, la normalización, la tipificación y las técnicas de elaboración de proyectos a ellas asociadas no han constituido factores negativos para la calidad funcional y estética de la obra resultante. Más bien han contribuido, introduciendo una disciplina rigurosa en la concepción del proyecto, a la formación de diseñadores capaces de elaborar proyectos bien resueltos desde el punto de vista funcional y con una calidad formal que, como conjunto, es de las más logradas en la historia de muestras construcciones. |